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En términos dermatológicos, existen 4 tipos de piel: normal, seca, mixta y grasa. Si aún no conoces la tuya, te ayudaremos a identificarla con unos sencillos pasos.


Empecemos con la piel normal.

Ésta se caracteriza por representar el equilibrio que buscamos en el rostro. No es una piel grasosa, tampoco es una piel seca. Simplemente es una piel sana, de color rosado y textura lisa. Generalmente, no es sensible a factores externos porque está lo suficientemente hidratada y cuidada. Si tus poros están cerrados y no presentas brotes de sebo, ¡felicidades, tienes una piel envidiable!


La piel seca, es el extremo de falta de producción de sebo en la piel debido a las glándulas sebáceas que no permiten mantener la humedad natural. El rostro tiene un aspecto rígido y sin luminosidad y en ocasiones suele enrojecerse por la resequedad. Es así que la barrera de protección natural se debilita y la piel se vuelve más sensible. Con el paso de los años, la piel tiende a secarse y a perder la humedad natural. ¡No te alarmes, es un proceso natural y completamente tratable!


La piel grasa por el contrario, es la producción de sebo en extremo y es muy visible en todo el rostro. Son diversas las causas que pueden provocar este exceso de sebo como la genética, la falta de cuidado y limpieza diaria, cambios hormonales, estrés o productos cosmetológicos que no son adecuados para tu tipo de piel. Generalmente aparecen espinillas y barros como consecuencia del sebo. Así que es momento de empezar a eliminar esa piel grasa con los cuidados y productos adecuados.


La piel mixta es la más común de todas.

Es cuando oímos hablar de la grasa que se acumula en particular en la zona “T” del rostro: frente, nariz y barbilla. La piel mixta es complicada de tratar porque combina zonas grasas con zonas secas, así que requiere un cuidado más especializado. Al igual que la grasa, la piel con sebo se engrosa y los poros se ven abiertos, por lo que las impurezas son más visibles.


Una vez que has identificado qué tipo de piel es la tuya, es importante que tomes las medidas necesarias para mantenerla siempre hidratada. Para ello, es indispensable crear una rutina de limpieza diaria por la mañana y por la noche y posteriormente, crear una barrera protectora en la piel con una crema adecuada. Cualquier tipo de piel se vuelve sensible a los factores externos y es importante utilizar una crema libre de fragancias como la Crema Hidratante CeraVe, que humecta eficazmente mientras ayuda a restaurar la barrera protectora de la piel. Es muy importante que al usar una crema no sientas una plasta grasosa sino un rostro fresco y la Crema Hidratante de CeraVe permite este efecto ya que está hecha a base de 3 ceramidas esenciales y ácido hialurónico, con lo que sentirás una hidratación profunda durante todo el día después de un solo uso.


¡Recuerda que la piel es tu escudo y es necesario consentirla todos los días!

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